Jueves 24 de septiembre 2020, el tiempo no ha pasado, por lo mismo se ha quedado pegado a mis recuerdos, que no solo son propios, sino que también forman parte de la sociedad que me ha acompañado durante todo estos años. ¿Cuántos?... ya he perdido la cuanta, tal como se pierde en el infinito lo corto de nuestros días que parecen menos, pero se hacen más; sí, muchos más pesados en este lento e imperecedero caminar estructuralmente erguido. Sigo aún siendo un homo sapiens que trata de elucubrar en lo transitorio de la vida tiempo mejores, para soportar la actual situación imperante que aqueja a la humanidad, toda. Antes éramos solo entes que disfrutábamos enfrentándonos con ímpetu a la vida cotidiana, como si nada tuviese término, todo era eterno, la juventud se iniciaba con la fuerza y gracia de la felicidad permanente, como dice la canción "todo parece bonito". La vida sin restricción, viéndonos las caras frente a frente sin problemas; y en muchas ocasiones gesticulando expresiones que demostraban lo que no pretendíamos expresar, y ahora queriendo demostrar lo que deseamos decir no podemos hacerlo sin palabras pues todo ha cambiado, con este mudo semblante de máscara. Quizás llegamos hasta decir las oportunidades han cambiado y ha llegado la era de la "careta de la bestia", fortificándose más y más, en esta vida que siempre continúa...
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